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Entonces la cogí en mis brazos, sentí como se movía en ellos y se acurrucaba, como buscando adaptarse a mí y me miró con esos grandes ojos negros. Me marqué a ella y yo sentí el amor del que tanto escuche hablar, el verdadero amor. Acerqué mi mano a la suya y me cogió el dedo con fuerza, como si no quisiera soltarme nunca más y entonces lo supe, supe que estaríamos unidas de por visa. Dejo de mirarme miro a su padre que la estaba acariciandola, y ahí me di de cuenta de que no necesita a nadie más, que con ellos dos tenía el mundo ganado. Sabía que lo mejor de mi vida acababa de empezar, supe que la vida es maravillosa.
Yo en ese momento estaba experimentando varias emociones juntas, jamás me sentí tan bien y al mismo tiempo tan dolorida. Pero cuando la vi supe que todo valió la pena, supe que tenerla fue el mejor regalo que la vida me dio. Ahora se que voy a estar acompañada siempre. Recuerdo perfectamente que cuando estabas encima mía te dije "soy mamá" y me miraste con esos ojos que heredaste de mi como diciéndome "lo sé".
Lo más magico fue cuando la puse en mi pecho y sabía que estaba buscando mi pecho, y te la ayude a coger la teta, y ese momento todo el oro del mundo lo puede comprar. Ahora entiendo cuando escuchaba decir a la mámas decir "cuando tengas a tú hija por primera vez, sera algo que querrás vivir una y otra vez" y así es.
